¿Cuánto dura el embarazo de una gata?

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Si llegamos a este punto en donde sospechamos que nuestra gata se encuentra embarazada, a menos que seamos personas con una amplia experiencia en lo referente al cuidado de gatos, nos será extremadamente difícil reconoce el embarazo de nuestra peluda mascota.

Es más, si llegará a darse el caso en que nos diéramos cuenta del dichoso embarazo, seguiría siendo difícil saber en qué etapa se encuentra.

Pues las gatas suelen actuar de forma muy normal y con mucha discreción, sin llegar a desarrollar grandes cambios físicos hasta pocos días antes de dar a luz.

Por norma general, el embarazo de una gata suele durar entre 9 a 10 semanas (63 a 70 días), lo que viene a ser unos dos meses y medio.

Esta es una duración que se cuenta desde el momento en que tuvo lugar el proceso de copulación con el gato macho.

Ahora bien, es importante que tengamos en cuenta diferentes factores que afectarán el tiempo de gestación.

  • Existen condiciones individuales que afectan al embarazo del animal, una de ellas es que ciertas razas (siamesas) suelen tener embarazos un poco más largos que pueden extenderse más de los 70 días.
  • El número de fetos también es un factor que terminará alterando el tiempo de duración del embarazo. Cuanto mayor sea el número de gatitos, menos tiempo va a durar el periodo de gestación.
  • Es muy importante que tengamos en cuenta que las gatas embarazadas pueden llegar a volverse muy susceptibles a cuestiones ambientales, por lo que se vuelven especialmente sensible a encontrarse en un estado elevado de estrés.

Todo esto puede llegar a provocar que se modifique el proceso de gestación y que ocurra lo que se conoce como un parto prematuro. Por otro lado, también puede llegar a ocurrir lo contrario, que se retrase el nacimiento de las crías.

Las gatas pueden llegar a tener una camada de entre 1 y 6 gatos; también pueden dar a luz más de una vez a lo largo de un año.

Como siempre, en caso de notar algo extraño con nuestra gata, debemos acudir a un veterinario para saber con exactitud qué le está pasando y, en caso de que se encuentre embarazada, tener un mejor control y seguimiento de todo el proceso de gestación.

¿Cómo saber si mi gata está preñada?

Al igual que ocurre con las mujeres, el embarazo de una gata no necesariamente tiene que ser de la misma forma.

Algunas son capaces de presentar ciertos cambios de lo que sería su conducta habitual, sin embargo, otras simplemente seguirán comportándose de la misma manera que antes de quedar embarazadas.

Ahora bien, esto no quita que existan algunos factores a los cuales podemos prestar especial atención para tratar de darnos una idea si nuestra querida gatita se encuentra preñada.

Aumento de sueño

Uno de los factores más notorios es que las gatas que quedan embarazas pueden empezar a dormir mucho más que antes.

Esto se debe, principalmente, al esfuerzo que tiene que hacer el organismo del felino para crear una nueva vida. Por otro lado, el aumento del sueño también está asociado al típico cambio hormonal.

Pérdida de apetito

La pérdida de apetito es otro de esos síntomas que deben hacernos sospechar. No es raro que la gata empiece a sentir nauseas fruto del estado en el que se encuentra, lo que hace que este menos dispuesta a ingerir alimentos.

También puede darse el caso de que se vuelva mucho más selectiva con la comida para gatos. Este es uno de los síntomas más importantes a la hora de determinar si una gata se encuentra o no embarazada.

Cambio de afecto

El tema de lo cariñosa o arisca que puede volverse una gata embarazada es otro de los indicativos típicos.

Puede incluso comenzar a darse una ambivalencia por parte de la gata en función de cómo le estén afectando las hormonas.

Hay gatas que presentan el síntoma de volverse más ariscas y solitarias, mientras que, por otro lado, otras gatas buscarán una mayor dosis de cariño, volviéndose mucho más sociales.

Presencia de náuseas

Las náuseas son otro factor usual en el periodo de embarazo. Usualmente aparece en la cuarta o quinta semana y es consecuencia de los cambios hormonales. Sin embargo, si notamos algo raro como vomito excesivo por parte de la gata, lo mejor es acudir al veterinario.

Vientre abultado

El vientre abultado es otro de los síntomas que nos revelarán el embarazo de la gata. Sin embargo, este suele aparecer a partir de la cuarta semana de gestación.

Aumento de peso

El aumento de peso, como es lógico, es un cambio común en la gata embarazada. Nuestra peluda compañera podrá experimentar un aumento de entre un 20 % y un 30 % de su peso normal.

Otros factores

Algunas gatas pueden experimentar una hinchazón en sus manos. Algo más que debemos mencionar y que muchas personas desconocen, es que las gatas pueden estar en celo y encontrarse embarazadas. Esto puede ocurrir incluso dos semanas después de que se haya llevado a cabo la fecundación.

¿Cuál es el periodo de gestación de una gata?

El periodo de gestación, al igual que en el caso de las mujeres, depende mucho de la gata en cuestión.

Esto quiere decir que, por ejemplo, su duración puede variar considerablemente, incluso en relación a partos anteriores de la misma felina. El rango que se considera estándar sigue siendo de entre 63 a 70 días (9 a 10 semanas).

La mejor manera de tener una mínima idea del estado de gestación de nuestra gata es acudiendo a un veterinario para que se le practique una ecografía, pudiendo de esta forma determinar cuál es el estado de los embriones.

Además de esto, el o la profesional de salud le indicará con precisión los cuidados que debe tener en cuenta en las semanas posteriores y qué hacer en caso de cualquier tipo de complicación.

Las distintas fases del embarazo

Debemos dejar claro que, más que unos cambios visibles que podamos identificar fácilmente, los cambios más significativos en la gata ocurren dentro de ésta.

Para empezar, a partir de la segunda semana es cuando una ecografía podrá determinar si hay o no embriones.

El corazón de los gatitos empezara a latir a partir de los 22 días de embarazo.

Es a partir de la 5ta semana de embarazo cuándo podremos apreciar cambios significativos en nuestra gata. Por lo general, las mamas de esta comenzarán a hincharse y cambiar un poco de tonalidad.

El esqueleto de los gatitos que se encuentran dentro de la madre no podrán apreciarse por ningún examen hasta la semana número siete.

Esto significa que no es aconsejable realizar radiografías antes de ese tiempo, pues se estaría exponiendo a los gatitos (y a su madre) a niveles de radiación.

A partir de la octava semana, la gata comenzará a actuar de formas extrañas, llegando a hacer una madriguera pues ya está muy cerca el momento para dar a luz.

Es importante que, en el caso de se descubra esto, se respete el sitio que la gata a escogido para el momento del parto. Usualmente las gatas buscan un sitio tranquilo y apartado de toda actividad humana, donde tampoco se haga mucho ruido.

Alimentación y otros cuidados durante el embarazo

Es importante que tengamos en cuenta que en muchos casos la ingesta de alimentos por parte de nuestra gata aumentará, lo que viene a significar que puede comer un 50 % más de lo habitual (llegando en algunos casos a necesitar del doble de comida de lo normal).

Uno de los primeros cambios que podemos dar a nuestra gata es suministrarle fórmula para gatitos en aproximadamente la cuarta semana de gestión.

Es importante mantener agua fresca para que se mantenga hidratada. Esto último es especialmente importante en el caso de que la gata prefiera comida seca. Lo ideal es que la fórmula para gatos se introduzca de manera paulatina, en un periodo de 7 a 10 días.

Se recomienda que, para mantener los niveles de energía óptimos en la gata embarazada, se debe estar dándole pequeñas cantidades de comida a lo largo del día. Tampoco es mala idea dejar unas pocas porciones de comida seca a su disposición junto con mucha agua fresca.

Es normal que, en las etapas finales del embarazo, la gata empiece a perder el apetito. Esta es una de las señales que nos indicarán que no falta mucho para que ocurra el parto.

Sin embargo, a pesar de lo indispuesta que se encuentre la gata para comer, siempre se debe dejar un poco de comida a su disposición.

Conclusión

Debemos hacer especial mención a lo siguiente: Cada gata es un mundo. Esto significa que, por más que sea cierto que las gatas presentan síntomas que se consideran universales (mencionados en los apartados anteriores) si notamos algo que se sale demasiado de una pequeña variación, siempre debemos acudir al veterinario, no solo para evitar algún daño en los embriones, sino también en nuestra gata mamá.

La nutrición es una parte fundamental, tanto durante como luego del embarazo, por lo que no solo debemos estar muy pendiente de nuestra gata durante su etapa de gestación y parto, sino también en las semanas posteriores al momento de dar a luz.

Francisco Javier García García
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