Si estás embarazada y te has preguntado si debes evitar a los gatos porque su excremento le puede ocasionar defectos a tu bebé en el nacimiento, la respuesta te va a sorprender: sí y no.
Es cierto que los felinos sí botan un parásito en el excremento que puede llegar a ser perjudicial para el feto en crecimiento. Sin embargo, dicho parásito se puede contraer también fácilmente de otras formas y no únicamente por medio de los gatos.
Además, existen bastantes maneras de evitar que el parásito dañe al feto, razón por la cual, las mujeres embarazadas no tienen que alejarse de los felinos por miedo de dañar la salud de su bebé.
El peligro de que un gato doméstico que se alimenta con pienso comercializado y que no tiene acceso a la parte externa de la vivienda, pueda contaminar a una embarazada, solamente a través de su excremento, con el parásito que ocasiona la enfermedad de la toxoplasmosis, es prácticamente nulo.
Índice
¿Los gatos pueden percibir el embarazo en las mujeres?
Algunos especialistas en analizar el comportamiento de los animales, aseguran que los felinos presienten el embarazo en una mujer, incluso antes de hacer una prueba de confirmación. Con frecuencia, un gato que es reservado y solitario de repente empieza a ronronear y se frota en las piernas de su dueña.
Pero, ¿cómo pueden los felinos presentir que estas en periodo de gestación primero que tú? Es bastante factible que el desarrollado sentido del olfato y la capacidad del gato para percibir cambios de temperatura en tu cuerpo, comportamientos, hábitos o movimientos, le dé indicios de que algo está ocurriendo.
Esto es posible debido a algunas transformaciones químicas que experimenta tu cuerpo durante el embarazo, tu temperatura corporal se eleva. Además de estos cambios hormonales, los gatos poseen la capacidad de observar mucho más allá de lo que pensamos o creemos, es por ello que cualquier situación extraña alertará a tu felino de que algo está pasando.
Toxoplasmosis, el embarazo y los gatos
Cuando se habla de toxoplasmosis se hace referencia a una infección ocasionada por un parásito denominado toxoplasma gondii, el cual generalmente provoca algunos mínimos síntomas o se mantiene completamente sin detectarse en casi todos los seres humanos y los animales.
Un gato puede propagar este parásito por medio de las heces luego de ingerir pequeños animalitos que estén contaminados como por ejemplo roedores o aves. Pese a que rara vez los felinos se ven afectados por la infección, los parásitos expulsados son potencialmente riesgosos para la mujer en estado de gestación.
Si la caja con la arena del gato infectado es limpiada por una mujer embarazada, ella estará expuesta a toxoplasma gondii, pero si se toca la boca luego de tener contacto con el parásito, puede infectarse y poner al feto en peligro de padecer serias complicaciones, bien sea durante el parto o posteriormente.
Durante el nacimiento o incluso antes, toxoplasma gondii puede generar infecciones oculares serias, así como problemas en los ojos, daños en el cerebro, incluso un bebé puede nacer muerto ocasionando también el aborto del feto.
Y pese a que cientos de bebés que se infectan con toxoplasmosis no manifiestan síntomas en el inicio, eventualmente pudieran sufrir retraso mental o ceguera como consecuencia.
Un gato que siempre está en el exterior o que ingiere carne cruda o parcialmente cocida, puede ser transportador de toxoplasma gondii. Todas las heces contaminadas de los felinos que han tenido la enfermedad son peligrosas para una mujer embarazada.
La toxoplasmosis no se transmite solamente en las heces de los gatos, también es transmitida por medio de la carne contaminada. Una persona está tan expuesta a infectarse con la enfermedad por ingerir carne medio cocida infectada o cruda. De hecho, solo con tocar la carne y no lavarse las manos luego, puede contagiarse con la infección y propagarla.
Si se contrae la infección antes del embarazo, la mujer estará inmune y no trasmitirá la enfermedad al feto en el tiempo de gestación. Con un análisis de sangre se puede corroborar si una mujer ya se ha expuesto a toxoplasma gondii.
¿Cuáles son las posibilidades de contraer la enfermedad a lo largo del embarazo a través de tu gato?
Las posibilidades de que las mujeres puedan contraer la enfermedad durante el embarazo por medio de su gato son bastante mínimas, ya que como se ha dicho anteriormente, el felino que vive dentro de la casa y es alimentado con comida especial para gatos tiene un peligro muy bajo de exposición a toxoplasma gondii, mientras que los felinos que comen presas contaminadas son los que pueden transmitir el parásito.
Las mujeres embarazadas no necesitan ahuyentar a los felinos y tampoco tienen que renunciar a su mascota adorada si es un gato. Un 70% de las mujeres poseen anticuerpos contra el toxoplasma gondii, independientemente de si en casa hay un felino o no.
Esto es producto de que en cualquier instante de la vida tienen contacto con el parásito. Razón por la cual, si el médico te realiza una prueba y te dice que posees los anticuerpos, no podrás contraer toxoplasmosis.
Casi todos los felinos son seropositivos, esto quiere decir, que poseen anticuerpos contra el toxoplasma gondii, por lo tanto, no lo pueden contraer nuevamente. Además, los felinos que se contaminan con este parásito solamente eliminan los huevos contaminados durante 10 o 15 días a lo largo de la vida.
Si tienes un felino seronegativo (no ha tenido la enfermedad), ingiere pienso comercial (sin carne cruda) y no está fuera de la casa en contacto con otros felinos, es prácticamente imposible que contraiga la infección, y que además, justamente en el tiempo de tu embarazo se genere la propagación.
Los huevos requieren de un mínimo de 24 horas a una temperatura ambiente para ser infectivos. Si las heces son retiradas a diario, esto no va a suceder.
Como podrás ver, las probabilidades de que tu felino pueda contagiarte con toxoplasmosis durante tu estado de gestación son realmente inexistentes, ya que al mismo tiempo puede suceder que seas seronegativa, que tu gato igualmente lo sea.
Pautas que deben seguir las mujeres embarazadas con respecto a su gato
Algunas sencillas precauciones pueden evitar la propagación de este parásito, lo cual incluye tener un especial cuidado cuando se limpie el arenero, o evitar dicha actividad por completo durante el embarazo.
Si estás en estado de gestación, has que otro miembro de la familia limpie el arenero. No obstante, si definitivamente debes hacerlo tú misma, el peligro puede disminuir si usas guantes desechables y lavas inmediatamente de manera perfecta tus manos cuando termines de recoger los desechos del minino.
Pese a que algunos excrementos de los felinos sí poseen el potencial de generar serias complicaciones, incluyendo la muerte de un feto en crecimiento, se mantiene el hecho de que las mujeres no tienen que evadir totalmente a los felinos durante el periodo de gestación. Mantenerse alejada del arenero disminuirá en gran manera y de forma drástica el peligro de toxoplasmosis.
- ¿Qué hacer si te encuentras gatitos recién nacidos? - agosto 24, 2024
- Qué es la Etología Felina y para qué sirve - agosto 20, 2024
- Muda de Pelo en Gatos - agosto 19, 2024