Mi gato vomita

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El vómito en los gatos puede ser una señal de que algo ocurre con su organismo y debes prestarle mucha atención, pues es algo que depende de algunas circunstancias, tal como su edad, su estilo de vida, su alimentación, entre otros factores importantes.

Claro está, no siempre la regurgitación es algo que requiera una visita al veterinario, en vista de que puede deberse a diversas causas y tener un origen diferente. Eso sí, lo importante es calmar esta molestia en tu gato y observar si el vómito es frecuente, su coloración, aspecto, entre otros.

Vómito en los gatos: Causas

Todos los gatos, en algún momento de su vida, pueden presentar vómito, condición que puede ser consecuencia de algunas circunstancias o acciones, entre las que destacan:

Malos hábitos alimenticios

Los felinos pueden desarrollar hábitos alimenticios inadecuados que afectan su aparato digestivo y pueden provocar tanto vómito como diarrea en algunas ocasiones. Por ejemplo, si come mucho, pero en poco tiempo, es posible que vomite de forma casi inmediata después de alimentarse.

Esto puede ser una consecuencia de que el gato no está alimentándose de manera correcta, por lo que no está asimilando bien los nutrientes que contiene la comida, por lo que presenta una demanda de ésta mucho más elevada para poder cubrir sus necesidades básicas.

Otra de las razones por las que esto puede ocurrir es que a la hora de alimentarse lo haga junto a otro felino, pues es probable que se desarrolle un instinto competitivo por la comida, lo que hace que la digestión no se lleve a cabo de manera adecuada y el alimento sea devuelto.

Esto también puede conllevar a que la mascota desarrolle algún desorden emocional, como la ansiedad, que suele manifestarse también con regurgitaciones.

Para evitar esta situación, es importante garantizarle al felino una alimentación de buena calidad, con una dosis de proteínas elevada, en vista de que esto le ayuda a mantenerse saludable.

El envenenamiento como causa del vómito en los gatos

Ya sea accidental o intencionalmente, cuando un gato ha sufrido un envenenamiento el vómito es un síntoma inequívoco de ello, en vista de que su organismo intenta deshacerse de las toxinas consumidas de manera casi automática.

En los casos más graves de envenenamiento pueden presentarse hemorragias internas que hacen que el felino regurgite el contenido de su estómago, que incluso puede tener presencia de sangre como consecuencia de ello.

Dentro de los principales productos y alimentos que pueden afectar el estómago de nuestro gato y provocar una intoxicación destacan la cebolla, el ajo, las plantas de savia lechosa (los gomeros o las calas, por ejemplo), insecticidas, veneno para roedores o medicamentos creados para humanos.

Precisamente esto último es consecuencia de la medicación de los gatos sin consultar previamente a un veterinario, en vista de que estas mascotas no pueden ponerse en tratamiento con fármacos que usan los humanos, pues muchos de ellos suelen provocarles intoxicaciones severas que podrían provocarles la muerte.

Bolas de pelo

Cuando los felinos tienen la costumbre de lamerse con mucha frecuencia pueden acumular mucho pelo en su intestino, en especial si tienen un pelaje largo y abundante. El vómito en este caso se produce como mecanismo natural para eliminar el pelo excedente o como consecuencia de la irritación de la mucosa estomacal.

Esta es una condición que nos obliga a garantizarle a nuestro gato una dieta que permita que la digestión se realice adecuadamente, así como un cepillado constante para evitar que todo el pelo que sueltan se acumule en su estómago.

Síndrome de retención gástrica

Se refiere a una patología que provoca que el estómago del gato no pueda evacuar el contenido durante el plazo fisiológico para ello. Esto suele provocar vómito, pues es la forma en que el gato elimina de su estómago el alimento que no ha sido digerido en un tiempo determinado después de comer.

En este caso también puede que el felino solamente vomite jugos gástricos, por lo que puede confundirse con una gastritis. Esto exige la intervención de un veterinario, quien puede indicar el tratamiento adecuado, así como recomendar una dieta específica o realizar una cirugía, en los casos de mayor complicación.

Otras causas del vómito en el gato

Otras de las causas que pueden provocar el vómito en los gatos es el padecimiento de alguna enfermedad como una afectación en el hígado, en los riñones, en el páncreas, irritación en el intestino o el esófago, diabetes, hipertiroidismo, cáncer, leucemia felina, entre otras.

Los virus, los parásitos y las bacterias también pueden conllevar a la regurgitación de los gatos, quienes pueden llegar a deshidratarse en los casos de mayor gravedad. Esto también se puede manifestar con diarrea que puede presentar sangre en las heces, mucosidad, pérdida de apetito, aletargamiento o fiebre.

Las alergias también son causa de los episodios de vómito en los gatos y representa un problema bastante común en nuestras mascotas, quienes pueden tener intolerancia a alguno de los componentes de su comida. Por lo general, los ingredientes más alérgenos para gatos son el pescado, la carne de vacuno, la leche y el trigo.

Esta condición alérgica, además de vómito, puede provocar un rascado excesivo del gato, la caída de su pelaje, incluso diarrea.

Otro motivo común por el que los felinos pueden regurgitar es la curiosidad, pues es algo que suele llevarlos a comer algunos objetos que no son capaces de digerir y provocan irritación en el estómago. Algunos de estos elementos son hierbas, algunas flores, juguetes pequeños, papel higiénico, entre otros.

De hecho, su instinto cazador natural puede hacer que se coman otros animales que les provocan intoxicación, tal como las ranas, los saltamontes, entre otros insectos.

También los snaks de mala calidad pueden hacer que un gato vomite, los cuales se usan con frecuencia como mecanismo para reforzar su buen comportamiento, en especial en los felinos de razas como la bengalí.

¿Cuándo debo acudir al veterinario por los vómitos de mi gato?

En el momento en que nuestro gato presenta vómito, debemos prestar atención a las condiciones de la regurgitación en lo referente al color, la textura, el aspecto y la frecuencia con la que esta condición se presenta.

En los casos en los que se observa que el vómito tiene sangre, es de color amarillo como la bilis o tiene una tonalidad marrón oscuro, lo más adecuado es asistir a un veterinario para que le haga la respectiva valoración y nos dé un diagnóstico para tratar la condición que provoca la regurgitación.

Cuando los episodios de vómito están acompañados por aletargamiento del felino, diarrea, fiebre e inapetencia, también es imprescindible llevar a nuestra mascota con el veterinario de confianza, en vista de que esto puede conllevar a una deshidratación severa que de no tratarse a tiempo puede provocar la muerte del gato.

Por supuesto, en el caso que se sospeche de que el felino ha ingerido algún producto, objeto o animal que le pueda haber provocado una intoxicación, debe trasladarse rápidamente a una clínica veterinaria o llamar a un especialista, en vista de que se trata de una situación en la que la vida de la mascota está en riesgo.

En este punto es muy importante llevar el producto que ha consumido el animal, con el objetivo de que el veterinario le aplique los fármacos que contrarresten el efecto que produce, ahorrando así tiempo de acción.

Un punto indispensable en cualquiera de los casos es evitar suministrar a la mascota un medicamento sin que se haya consultado previamente con un especialista, en vista de que algunos fármacos pueden incrementar esta condición, comprometiendo considerablemente la salud del gato.

De hecho, cuando se lleve al felino con el veterinario, siempre es recomendable tomar una muestra del vómito para que este pueda observarlo y así determinar, a simple vista, la posible etiología de esta condición.  

Francisco Javier García García
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