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¿Cómo es la vida y el carácter de un gato de la calle?
La mayoría de las personas experimentamos una gran admiración por los animales; nos conmueven y nos emocionan, quedamos fascinados al observarlos, ya sea un pez o un ave.
Sin embargo, en muchas situaciones, mezclamos la devoción y el amor con el respeto y la responsabilidad. Lo primordial es comprender la verdadera naturaleza de cada especie, que frecuentemente difiere de nuestras suposiciones.
La ¿domesticación? del gato silvestre
Así ocurre con el gato, una criatura que puede desenvolverse de manera excelente sin nuestra ayuda, en ocasiones «demasiado» bien, lo que representa un posible riesgo para otras especies, como se ha señalado repetidamente. Este felino forma parte de la familia Felidae, la cual incluye a leones, tigres y hasta “panteras negras”, renombrados por ser cazadores y supervivientes excepcionales.
La domesticación del gato silvestre tiene sus raíces en Oriente Medio, pero su comienzo es relativamente reciente, datando de hace unos 10.000 años. Los especialistas aún discuten sobre el proceso que llevó a la domesticación, llegando a la conclusión, en algunos casos, de que los gatos no fueron estrictamente “domesticados”. En cambio, evolucionaron para cohabitar en entornos humanos, aprovechándose de los cambios ocurridos, como la mayor cantidad de roedores para cazar, mientras mantenían su independencia y autonomía, a diferencia de los animales de granja o los perros.
Las colonias de gatos ferales
Si observamos las colonias de gatos ferales, aquellos que viven en libertad y en comunidad, pero que logran sobrevivir en la calle con lo que encuentran, normalmente cerca de áreas humanizadas de las que obtienen su alimento, nos damos cuenta de que las cosas no han cambiado significativamente en los últimos 10.000 años.
Las duras condiciones de la calle afectan negativamente la esperanza de vida de estos gatos, ya que están mucho más expuestos a enfermedades y accidentes, lo que generalmente reduce su vida a menos de diez años, en comparación con los 15 o incluso 20 de los gatos domésticos.
Es crucial mantener el equilibrio en las colonias ferales, ya que su descontrol puede ocasionar problemas graves. Por un lado, se incrementa la cantidad de gatos de manera exponencial; por otro, si se eliminan por completo estas colonias, los roedores proliferarán.
¿Qué debes hacer si te encuentras un gato callejero?
Cuando te encuentres en un entorno familiar, lo mejor es vigilar al gato y, si es posible, tomarle una foto por si resulta ser una mascota doméstica que se haya extraviado, aunque esto no suele ser lo común.
Generalmente, los gatos que ves son callejeros y están habituados a vivir en esas condiciones, conviviendo con otros de su colonia.
Si percibes que el gato corre algún riesgo , muestra signos de enfermedad o se desplaza con dificultad, comunícate con las autoridades correspondientes para que puedan actuar.
¿Y si decides llevarlo a casa?
Como última medida, si el gato muestra síntomas de enfermedad o está en peligro, puedes llevarlo a casa, pero cumpliendo un protocolo muy estricto. Tu primera obligación será llevarlo al veterinario para un examen exhaustivo que determine su estado de salud, especialmente si resulta ser un gato callejero que no ha sido esterilizado ni ha visitado antes al veterinario.
Una vez que el gato haya recibido el tratamiento necesario y esté fuera de peligro, puedes entregarlo a las autoridades para que lo devuelvan a su colonia o decidan lo mejor para su futuro. En el caso de que decidas quedártelo, debes considerar varios aspectos importantes.
Su carácter puede ser agresivo o desconfiado
Si tienes un gato adulto que no está acostumbrado a convivir con humanos, es bastante común que te tema y trate de mantenerse alejado de ti. Aunque muchas colonias felinas suelen frecuentar entornos humanos, generalmente no comparten el mismo hogar con ellos.
A pesar de que no nos ven como depredadores, su instinto les dice que están más seguros siendo independientes, incluso si les proporcionamos comida o agua. Por esto, los primeros días en tu casa pueden resultar algo incómodos para ambos.
Es posible que el gato nunca sea capaz de adaptarse a tu hogar debido a su costumbre de vivir en la calle, no solo por la falta de contacto directo con humanos, sino porque su hábitat conocido no es un salón, un baño o una cocina, sino la calle y los terrenos baldíos. Además, no debemos olvidar que los gatos ferales suelen realizar actividades en conjunto con otros gatos y, en tu casa, tal vez no haya otros felinos presentes.
No lo fuerces a adaptarse
Si insistes en que el gato se quede en tu casa y observas que se adapta, continúa con ese enfoque, pero evita forzarlo a actuar como un gato doméstico tradicional, porque simplemente no lo es. Aquellos gatos que desde su nacimiento o una edad muy temprana se crían en un hogar con varias personas pueden llegar a ser profundamente afectuosos, compartiendo incluso la cama y el sofá durante largos periodos.
Esto se debe a que durante su etapa sensible (primeras semanas de vida), han estado rodeados de humanos que los han cuidado: su naturaleza ha interiorizado que ese es su “hogar” y esas personas son sus compañeros de vida. Por eso, nunca se olvidarán de su “familia”; aunque te ausentes por mucho tiempo, al regresar, el gato sabrá que eres su mayor apoyo.
Sin embargo, en el caso de los gatos callejeros, su etapa sensible, cuando desarrollaron su carácter, transcurrió en la calle entre otros gatos. Por lo tanto, cualquier ajuste a un entorno humano, aunque puede tener cierto éxito y adaptarse en cierta medida, no será igual al de un gato doméstico “tradicional”. No obstante, siempre hay que considerar el carácter individual de cada gato, ya que algunos pueden ser más tolerantes a las caricias y adaptarse con mayor rapidez.
¿Por qué un gato feral no puede comportarse como un gato doméstico?
Durante los primeros meses de vida, específicamente entre las dos y las siete semanas posteriores al nacimiento, ocurre el punto de inflexión crucial para un animal.
Si un gato recibe contacto humano en este periodo, se adapta al hogar como su entorno, reconociendo que ahí encontrará comida y podrá convivir pacíficamente con las personas en una «colonia» armoniosa, facilitando así su domesticación.
Sin embargo, si un gato supera los dos meses de vida sin esa interacción, es casi imposible que aprenda a convivir en una casa, mantenga una actitud no agresiva hacia las personas y no cause estragos en el mobiliario al quedarse solo.
Debido a esto, los refugios de animales generalmente no aceptan gatos ferales, considerando que son casi como una «raza distinta». La captura de gatos nacidos y criados en libertad para mantenerlos en una jaula contraviene su naturaleza y perjudica su desarrollo, afectando tanto al animal como a las entidades que intentan rescatarlo.
El gato feral solo concibe una vida en libertad, sin intervención humana, aunque esto pueda comprometer su supervivencia debido a la falta de atención sanitaria y nutricional, reduciendo su esperanza de vida hasta en un 50% por enfermedades y malnutrición.
Además, las lesiones y heridas no tratadas, frecuentemente causadas por otros gatos, agravan su estado de salud, con problemas como ceguera, cojera o dificultad para masticar, afectando negativamente su calidad de vida y llevándolos a la muerte.
Si encuentras un gato en la calle y decides adoptarlo, es crucial determinar si es un gato feral o un doméstico abandonado o perdido. Generalmente, los gatos ferales tienen el pelaje más áspero y deteriorado, están más delgados y presentan marcas o cicatrices visibles.
Su comportamiento también es un indicativo: mientras el doméstico que está perdido o abandonado se muestra asustado y vulnerable, el feral se defenderá al acercarse a él. Una vez el gato esté bajo tu cuidado, verifica si tiene chip y actúa conforme a las recomendaciones del veterinario.
Cómo cuidar mejor a los gatos asilvestrados
Por lo general, los gatos salvajes demandan muy poco mantenimiento y no precisan tanta atención como otros felinos. Sin embargo, hay algunas medidas fundamentales que puedes tomar para adaptarte a convivir con uno de estos animales.
- Asegúrate de que tenga acceso a algún tipo de vegetación, ya sea un campo, un jardín o una zona boscosa.
- Proporciona agua y comida diariamente, ubicándolas en un lugar donde otros animales, como zorros, tejones y erizos, no puedan alcanzarlas.
- Facilítale un refugio permanente que esté cubierto, cálido y protegido de las inclemencias del tiempo.
- Los cuencos con agua caliente son esenciales durante el invierno o en climas fríos; si no es posible, revisa el bebedero varias veces al día. Igualmente, su refugio debe contar con toallas o mantas para brindarle suficiente calor.
- Esterilízalo y asegúrate de que tenga un microchip actualizado con tus datos.
- Antes de llevar al gato salvaje a casa, verifica que haya pasado una revisión médica completa y que tenga todas las vacunas al día.
- Asegúrate de que el área circundante sea segura, evitando peligros como productos químicos, venenos o carreteras con tráfico intenso.
- Conoce sus hábitos y presta particular atención a su comportamiento.
Debido a que estos gatos suelen deambular más, es más probable que se lesionen, así que consulta a un veterinario si observas algo inusual.
Qué necesitas para adoptar un gato callejero
Al adoptar un gato callejero y llevártelo a casa, es crucial seguir ciertos pasos para facilitar el proceso de adaptación tanto para ti como para tu nuevo amigo felino. A continuación, te presento algunos consejos que te serán de gran ayuda:
- Proporcionarle un refugio adecuado. Durante las primeras semanas, confina al gato en un espacio seguro y cerrado, como un garaje, un cobertizo o un granero. Esto evita que intente regresar a su antiguo territorio.
- Ofrécele abundante comida deliciosa. De esta manera, asociará su nuevo hogar con un lugar de recursos valiosos y querrá quedarse.
- Dale tiempo para que se acomode y se sienta a gusto. Esto depende en gran medida de su personalidad y antecedentes. Un gato asilvestrado o nervioso rechazará tus acercamientos, por lo que es mejor dejarlo tranquilo para que explore y se adapte sin estrés. Si es más confiado y está habituado a la gente, puedes pasar tiempo a su lado sin interactuar a menos que él lo busque.
- Mantén limpia su área de confinamiento. Asegúrate de que el espacio sea lo suficientemente amplio para que pueda tener un área separada para sus necesidades y otra donde duerma y coma. Los gatos suelen encontrar su propia zona de aseo cuando están libres, pero cuando están confinados, necesitan poder separar estas áreas.
- Bríndale acceso a luz natural y aire fresco. Procura que el entorno sea agradable y acogedor, donde el gato se sienta contento y seguro.
- Enriquece su entorno. Proporciónale oportunidades de caza simuladas, cosas para observar, diferentes alturas, lugares para trepar y múltiples escondites para dormir y relajarse. Los gatos se sienten más seguros cuando tienen lugares donde refugiarse.
- Confiérenle libertad gradualmente. Después de que se hayan habituado a su nuevo entorno y a ti (si disfrutan de la compañía humana), déjalos vagar libremente pero asegúrate de que puedan regresar fácilmente a su refugio, comida y agua. Este proceso suele tomar alrededor de cuatro semanas.
Estos consejos te ayudarán a crear un vínculo sólido con tu nuevo compañero y asegurarte de que su transición a su nuevo hogar sea lo más suave posible.
¿Por qué los gatos abandonados o callejeros son diferentes de otros gatos?
Tener gatos callejeros es una experiencia maravillosa y, aunque no sean tan amigables como los gatos domésticos, pueden llegar a encariñarse con las personas que los rodean. Además, poseen muchas cualidades que compensan su naturaleza más independiente.
- Les encanta ser autónomos, lo que significa que requieren pocos cuidados.
- Son cazadores excepcionales, acostumbrados a atrapar pequeños roedores como ratones, lo que puede ser de gran ayuda para controlar plagas en una granja.
- Suelen establecer buenos vínculos con otros animales, por lo que son excelentes gatos de establo.
- No son ideales para vivir en un apartamento, ya que prefieren pasar mucho tiempo afuera explorando y disfrutando de su soledad. La cercanía constante de los humanos puede ser una fuente de estrés para ellos. Sin embargo, una vez que tu gato errante se haya adaptado a su nuevo hogar, puede que disfrute ocasionalmente de algunas comodidades si le dejas una puerta o una ventana abierta.
- Su pasión por la caza puede generar conflictos con los vecinos, ya que, en ausencia de suficientes presas naturales, pueden cazar pájaros cantores, crías de conejo e incluso pescar en estanques ornamentales.
Tener un gato, ya sea doméstico o callejero, puede ser una experiencia gratificante. Todos los gatos merecen un hogar seguro y acogedor, y esperamos que este artículo haya sido útil para aclarar cualquier duda que pudieras tener sobre este tema.
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